Cierra etapas, abre nuevas

¿Os acordáis hace cuatro meses, cuando os contaba que los nervios,  el miedo y la incertidumbre los tenía a flor de piel? El 15 de Agosto comenzaba mi etapa en el restaurante Aponiente en el Puerto de Santa María, en Cádiz. 

Actualmente premiado el 22 de noviembre con tres estrellas Michelín. 

Todo llega y todo pasa. 

Ha sido una temporada cargada de ilusión, emoción,  nervios,  trabajo, constancia, esfuerzo y que mirando dentro de mi ha merecido la pena.  No voy a engañar a nadie, mi paso por Aponiente ha sido duro.... Las horas, el trabajo, las responsabilidades,  la presión... pero todo eso iba acompañado de ganas de querer cada día más.  He aprendido a conocerme, a saber hasta donde puedo llegar, a ser más fuerte psicológicamente y muchas otras cosas que no digo porque dejaríais de leer...

Me llevo gente maravillosa. Gente que pasamos por lo mismo. Los mismos sentimientos, días de motivación y días de no tanta. Que nos levantávamos por las mañanas, nos mirábamos y decíamos con sólo una mirada, "vamos, esto merece la pena". 

He terminado mi etapa en Aponiente con pena. Porque me aferro mucho a los sitios, y este sitio, ésta gente, este ambiente, y sobretodo la situación que vivimos allí te hace que te enganche y al final te entristezca acabar.

Se cierra esta etapa para abrir otra no muy lejos de el Puerto de Santa María. Me desplazo a Jerez de la frontera, Cádiz. Para comenzar un nuevo proyecto. La apertura de un nuevo restaurante el cual se llama LU cocina y alma, que está capitaneado por Juan Luis Fernández Fernández, la mano derecha de Ángel León en Aponiente, que decide emprender un proyecto nuevo en su ciudad natal.  Una cocina de verdad, transparente a todos, cocina de tiempo, dedicación y alma. Una cocina abierta a todos. De esto no puedo deciros nada mas... sólo que las ganas de empezar aumentan cada día, que la motivación  de empezar algo de la mano de Juanlu no se puede expresar con palabras. Trabajo duro, esfuerzo, ganas, pasión por lo que uno hace, ilusión y ganas de querer más y más cada día.

Estoy deseando que esto empiece, y no veo el día de ponerme la chaquetilla, meterme dentro de esa cocina y ponerme manos a la obra rodeada del equipazo que Juanlu ha formado.  Antes de empezar, hay que forjar la unión,  la amistad y la ilusión del equipo y ese paso ya lo tenemos dado. Sólo queda ponerse a cocinar con verdad, sentimiento y ALMA.

Por lo tanto, una asturiana que se queda en el sur por tiempo ilimitado y feliz.

Hasta pronto cacitos y sartenitas :)